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Ushuaia tiene una de las cárceles más conocidas de Argentina, no solo por ser la más austral, sino también por haber albergado a delincuentes de alta peligrosidad y detenidos políticos. Las condiciones climáticas y el aislamiento geográfico permite una máxima seguridad, sin oportunidad de escapar.

La cárcel funciono entre los años 1904 y 1947, y llego a tener cinco pabellones principales, que alojaban a más de 540 presos y unos 250 empleados, que se encargaban de mantener el orden. Entre los delincuentes más conocidos se encuentran Cayetano Santos Godino, apodado el Petiso Orejudo y Simón Radowitzky, ambos acusados por asesinatos.

En 1947 se decidió que el penal ya no estaba en condiciones humanitarias (hay pruebas del mal estado y de situaciones de tortura) para contener reclusos, por eso los mismos fueron trasladados y se entrego el lugar a la Armada Argentina, que lo utilizo para distintas actividades.

Actualmente la mayor parte del penal ha sido reconstruida y se utiliza de predio para museos, el Presidio, el Museo Marítimo de Ushuaia, Museo Antartico José Maria Sobral, y Museo de Arte Marino Ushuaia. Entre las cosas expuestas se encuentran figuras de presos y carceleros conocidos, como si aun estuvieran realizando actividades en el penal, así también cuadros de pintores nacionales y maquetas.

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